Carlos Ivan Camarena Ordoñez

(Segunda parte).

 

Las Prácticas Profesionales proporcionan un saber práctico, encaminan a los estudiantes hacia la deliberación para intervenir en la compleja vida del aula y de la escuela. Son el presupuesto de la teoría, se relacionan con ella, los estudiantes normalistas se sirven de ella como fuente de saber y conocimiento, colocan a prueba su valor dentro de lo que están aprendiendo y experimentando en las aulas. En este enfoque las Prácticas se modifican teóricamente.

 

 

Desde esta perspectiva la reflexión constituye un componente determinante porque es un proceso de reconstrucción de la propia experiencia que logra: reconstruir situaciones donde se produce la acción; lo que conduce a que los docentes redefinan la situación donde se encuentran reinterpretando y asignando nuevo significado a las características conocidas, reconstruirse a sí mismos como docentes que permite tomar conciencia de las formas en que estructuran sus conocimientos, afectos y estrategias de actuación y reconstruir los supuestos acerca de la práctica pedagógica.

 

El docente desde el deber ser de su actuación profesional, como mediador y formador, debe reflexionar sobre su práctica pedagógica para mejorarla y fortalecerla, y desde esa instancia elaborar nuevos conocimientos, pues en su ejercicio profesional continuará enseñando y construyendo saberes al enfrentarse a situaciones particulares del aula, laboratorios u otros escenarios de mediación, donde convergen símbolos y significados en torno a un currículo oficial y uno oculto.

 

El saber pedagógico son los conocimientos construidos de manera formal e informal por los docentes; valores, ideologías, actitudes, prácticas; es decir, creaciones del docente en un contexto histórico cultural que son producto de las interacciones personales e institucionales, que evolucionan, se reestructuran, se reconocen y permanecen en la vida del docente (Díaz, 2001).

Como practicante desarrollas tu propio conocimiento durante la práctica, los contenidos curriculares de la normal son los cimientos con los cuales construyes tu propio conocimiento y preparación como un profesional de la educación.  Las experiencias son la base del aprendizaje significativo, mismo que nos permitirá adaptarnos a esos diferentes contextos y dinámicas de trabajo tan variadas a las que nos enfrentaremos al egresar de la normal.

 

Las prácticas foráneas, como se les conoce en mi escuela, consisten en practicar en comunidades rurales lejos de la ciudad en la que se ubica la escuela, durante muchos años fue un costumbre hacer prácticas foráneas por lo menos un semestre en la carrera, sin embargo, los altos índices de violencia crecientes en el norte del país, en los últimos años, hicieron que esta práctica desapareciera, generando un impacto en la formación de los docentes que, a fin de cuentas, se iría precisamente a esas comunidades al egresar de la carrera.

 

Las prácticas foráneas permitían ver una realidad inmediata de lo que nos podríamos enfrentar al comienzo de nuestra vida laboral, y aunque las condiciones pueden ser muy variadas en los diferentes contextos de la ciudad no se comparan con trabajar en un medio rural, sea marginal, medio o alto, sigue siendo urbano. La delincuencia disminuyó, los años pasaron y las prácticas foráneas solo están en ideas de volver sin mucho progreso. Aunado a ello, muchos docentes no creen que estas prácticas valgan la pena por el riesgo y dificultades para el asesor.

 

La gran mayoría de los maestros noveles e incluso maestros con muchos años de servicio han comenzado en contextos rurales su carrera como docente, a lo cual mencionan que la Normal nunca los preparó para ello, y que es un gran reto pasar de la comodidad del contexto urbano, en donde por más marginal que pueda estar la escuela, cuenta con mínimo todos los recursos indispensable para trabajar, mientras que el cambio implica tener que adaptarse a otra cultura familiar y social, falta de servicios básicos como agua, luz o drenaje, y una capacitación y materiales completamente nulas, en donde no solo serás el docente de un grupo, sino de varios, trabajador manual y hasta director de la primaria en la que radiques.

 

 

Las escuelas normales no preparan maestros para trabajar en escuelas unitarias o bidocentes, tampoco para ejercer el puesto de director, mucho menos para tratar con un grupo indígena o con la falta de recursos, todo esto lo aprendías en las prácticas antes mencionadas, es una realidad inmediata a la que nos enfrentaremos en un par de años y que a pesar de no ir preparados al cien por ciento el acercamiento a ese tipo de contextos te abre el panorama en gran medida y hace de tu adaptación y trabajo algo más sencillo de resolver.

 

La importancia de la práctica profesional impacta hasta el momento de la titulación, puesto que de las tres modalidades de titulación que la Normal ofrece: el Informe de prácticas es la culminación de todo lo antes mencionado, es aquí donde redactas un documento de tu experiencia en las prácticas, aplicas los conocimientos adquiridos a lo largo de los 4 años de carrera, pones en marcha estrategias y métodos aprendidos en jornadas pasadas, y demuestras que cumples el perfil de egreso para titularte como licenciado en educación, preparado para salir a desempeñar la labor del docente de la mejor manera.

 

Entre los aprendizajes desarrollados en la práctica destaca la contribución a la formación del profesionista como un ser en proceso de maduración, perdiendo el miedo a desempeñarse como un profesional de la educación, adquiriendo seguridad, confianza, estableciendo relaciones cordiales, valorando y escuchando a las personas, siendo tolerante con los que son diferentes, generando respeto, empatía, responsabilidad, iniciativa, en definitiva dando valor a su trabajo, de esta manera se forma no solo como docente sino como persona.

 

La importancia de las prácticas profesionales en la formación docente es reconocida y valorada directamente por la SEP (Secretaria de Educación Pública) y la DGESPE (Dirección General de Educación Superior para Profesionales de la Educación). El trayecto de Práctica profesional es un espacio destinado para la reflexión, análisis, intervención e innovación de la docencia en los Planes de estudio 2012. De manera progresiva los estudiantes articularán los conocimientos disciplinarios, didácticos, científicos y tecnológicos con las exigencias, necesidades y experiencias que se adquieren en las escuelas de práctica. Las competencias desarrolladas en cada uno de los cursos serán el insumo para el diseño, la implementación y conclusión de sus intervenciones en la escuela y, en particular, en el aula. (SEP, 2012, p. 7)

 

 

Por tanto, la práctica profesional debe ser para los alumnos uno de los momentos más importantes de la carrera, es como antes mencionamos un espacio, en primera instancia, de puesta en práctica de todos los conocimientos y competencias que debemos ir adquiriendo a lo largo de la carrera para cumplir el perfil de egreso. Por otro lado, es un espacio de análisis y reflexión muy importante para detectar situaciones que se pueden corregir en la práctica y aún más significativa en cada estudiante, detectar áreas de oportunidad que se deben de trabajar y de igual manera fortalezas que podemos desarrollar aún más y por último, aunque no menos importante la práctica profesional te brinda un espacio de desarrollo personal, de valores, actitudes y amor mismo por la profesión.

 

Referencias

Diaz, V. (2006). Formación docente, práctica pedagógica y saber pedagógico. Laurus, Recuperado de: http://www.redalyc.org/pdf/761/76109906.pdf

Zoraida y Auxiliadora. (2006) Las prácticas profesionales en la formación docente: hacia un nuevo diario de ruta. Educere, Recuperado de: http://www.redalyc.org/pdf/356/35603209.pdf

Secretaría de Educación Pública, (2012) El trayecto de Práctica profesional: orientaciones para su desarrollo. Recuperado de: http://www.dgespe.sep.gob.mx/public/documentos_orientadores/el_trayecto_de_practica_profesional_orientaciones_para_su_desarrollo.pdf

Comentarios

comments