Por: Michelle Domínguez Víquez

El pasado 13 de marzo, Aurelio Nuño presentó el “Nuevo Modelo Educativo”, mismo que ante el país aseguró que era un Modelo nuevo, conformado por tres documentos: Los fines de la educación en el siglo XXI; El Modelo Educativo 2016 y; la Propuesta curricular para la educación obligatoria 2016. Esta propuesta surgió a partir del ciclo escolar 2015-2016, misma que en ese tiempo propició una polémica y rechazo total de la mayoría de los maestros, ya que se divisaban mayores consecuencias negativas para la sociedad mexicana, la estabilidad laboral de los maestros, el aprendizaje de los alumnos y que recaen en una educación capitalista para formar el llamado ciudadano del siglo XXI, que nuevamente pretende formar mano de obra barata, pero sin fundamentos que impliquen el razonamiento social verdadero, humanístico, filosófico, artístico y transformador de una realidad social y política colectiva.

Según este Nuevo Modelo tiene el propósito de garantizar el acceso para que todos los niños y jóvenes mexicanos reciban una educación integral, de calidad, que los prepare para los retos del siglo XXI; promete propuestas pedagógicas novedosas justificadas en cinco pilares de la educación,  promueve la llamada “calidad educativa” mediante la evaluación y certificación dentro del Servicio Profesional Docente.

Este modelo llega tardío para el presente sexenio, puesto que primero se realiza la Reforma Laboral, política y administrativa justificadas en las modificaciones a los artículos 3° y 74° para controlar y someter al magisterio mexicano. Posteriormente para incluir lo educativo luego de lo punitivo, se incorpora el transitorio 12° a la LGDSPD en el que se establece la implementación de un modelo educativo nuevo y una Reforma Curricular, bajo la falsa bandera de novedad que, como ya es cotidiano, los medios de comunicación se encargan de regalar a la sociedad en un falso discurso repetitivo.

De acuerdo con la opinión y análisis de expertos en el plano educativo, podemos afirmar que el Modelo Educativo 2018 no es novedoso, puesto que es una adaptación de propuestas y planteamientos textuales tomados desde mediados del siglo XX;  que la intención de presentarlo como novedad, es denotar la necesidad política de justificar la imposición por parte del gobierno de la Reforma Educativa. Es un modelo construido sin una revisión sistemática y/o evaluación de los procesos educativos y las necesidades contextuales de las comunidades. No realiza un diagnóstico total sobre la infraestructura con la que cuentan las escuelas, tanto de zonas rurales como urbanas; condensa sin justificación pedagógica, filosófica, histórico-social, sociológica, varios términos y elementos de planes y programas anteriores en los que el fracaso escolar brilló por su trascendencia. Por último, es improvisado, puesto que no hubo una participación directa de parte de los actores educativos principales, como los profesores frente a grupo, ya que emanó de pequeños grupos selectivos y elitistas, enajenados con la negligencia económica, con falta de postulados éticos; para hacer recaer en el maestro toda la labor y la responsabilidad educativa, además de una sobrecarga administrativa y burocrática.

Por lo tanto, también en el ámbito educativo, México está de cabeza, padecemos un mundo al revés, se nos somete con una realidad incambiable que beneficia a unos cuantos y a los de abajo nos olvida, brindándonos un espacio de carencias y explotación, en el que la memoria histórica que juega un papel muy importante, paulatinamente nos hacen borrarla u olvidarla para imponernos superficialidades dentro de un mundo globalizado y controlado por unos cuantos, nos deshumanizamos y nos volvemos individualistas y frívolos. Ante ello; es necesario resistir y revelarnos contra esta embestida capitalista, ante esta impotencia, amnesia y resignación; luchar desde nuestro entorno familiar y social, informarnos, opinar, organizarnos, participar y mantener esa memoria histórica para imaginar un mejor futuro para todos.

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