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Reforma de la Educación Normal a debate



Publicado por: Alberto Arnaut en

junio 23, 2017 5554 Visitas



Por: Alberto Arnaut *

 

En los últimos meses la Dirección General de Educación Superior para Profesionales de la Educación (DGESPE) de la SEP ha convocado o respaldado la convocatoria a reuniones y congresos nacionales sobre temas relacionados con el sistema de formación de docentes y, en general, sobre la profesión docente. Entre ellas sobresalen el Congreso Nacional de Investigación sobre Educación Normal, reunido el mes de marzo en Mérida, y el Congreso Nacional de Investigación y Práctica Docente con sede en la Escuela Normal de Panotla, Tlaxcala.

 

Congreso Panotla 2017

 

Por donde quiera que se le vea, han sido reuniones académicas muy exitosas, por la calidad, la diversidad y la cantidad de los trabajos que se han presentado en ellas. También han sido muy importantes, porque han contado con la participación de maestros, estudiantes e investigadores educativos de varias Escuelas Normales, la UPN, la UNAM y otras instituciones de educación superior de distintas regiones del país. Y lo que ha resultado más alentador es que en esas reuniones se ha respirado un creciente interés por el estudio de la profesión docente y, en particular, sobre el sistema de formación de los docentes de educación básica. Ojalá que pronto contemos con la publicación de los trabajos que en ellas se han presentado.

 

Por todo eso hay que reconocer a la DGESPE, a las instituciones de educación superior y a las autoridades educativas de los estados que han convocado y apoyado la realización de esas reuniones académicas.

 

DGESPE

Sin embargo, llama la atención que en esas reuniones académicas se ha podido hablar de todo, pero no de algo que afectará significativamente al sistema educativo, a la profesión docente, al sistema de formación de docentes y, sobre todo, a la educación normal. De lo que no se ha podido hablar es del Proyecto de reforma de la educación normal que pronto anunciará la SEP. Este Proyecto no se ha podido analizar y discutir en esas reuniones académicas convocadas por la DGESPE, simplemente porque la DGESPE no ha publicado el proyecto que ha elaborado. La DGESPE perdió la oportunidad de analizar y debatir en esos congresos su proyecto de fortalecimiento y transformación académica de la educación normal.

 

La DGESPE pareció decir a los maestros, investigadores y estudiantes que se reunieron  en esos Congresos: los convoco a discutir sobre todos los temas que ustedes quieran, menos sobre lo que el gobierno y la SEP van a hacer con el sistema de formación de docentes. Sobre eso ya se enterarán después, muy pronto, en el show que se realizará en Palacio Nacional para el lucimiento personal de nuestro gran secretario de Educación Pública, Aurelio Nuño Mayer. Por supuesto, a ese show no serán invitados los maestros, investigadores y estudiantes que se reunieron en los congresos de Mérida y en Tlaxcala.

 

Evaluación_docente

Hasta ahora la política más visible del gobierno actual hacia la educación normal ha sido la política del desprecio hacia las escuelas normales, que se resumen en una de las frases predilectas de Nuño: “Cualquiera puede ser maestro o maestra”. Esto significa que cualquier institución de educación superior puede formar a las y los docentes de docentes de educación básica y que, por lo tanto, las escuelas normales son reemplazables, prescindibles y clausurables. Y poco a poco van avanzando en ese sentido, como lo revela una política orientada hacia la contracción de la matrícula de las escuelas normales y, en particular, el impacto que la retórica oficial ha tenido sobre la caída dramática del número de jóvenes bachilleres que buscan ingresar a las escuelas normales.

 

Aún en esas circunstancias tan adversas y con muy escasos recursos, varias escuelas normales están haciendo formidables esfuerzos para consolidar sus programas académicos. Además, en condiciones aún más adversas y en un ambiente amenazante y represivo, las y los normalistas rurales siguen en su antigua lucha para salvar a sus escuelas y sus toques de distinción dentro del normalismo mexicano.

 

Normal Rural Ags

 

Ahora, cuando ya prácticamente terminó el sexenio, la SEP pretende convencernos de que tiene para la educación normal  algo más que el desprecio.

 

La historia parece repetirse. La política de formación docente del sexenio actual (cualquiera que sea y sin prejuzgar lo que no conocemos) corre el riesgo de nacer con un fuerte déficit de legitimad, simplemente porque la DGESPE-SEP no ha consultado a los profesionales de la educación y a las comunidades académicas de las instituciones formadoras de docentes.

 

Se está cometiendo el mismo error que se cometió con la reforma curricular de la educación normal en 2012, y el mismo que se ha cometido con el Servicio Profesional Docente en lo que va de este sexenio. Una vez más se busca profesionalizar o re-profesionalizar al magisterio sin la participación del magisterio. Ahora, ya no con una reforma laboral, sino con una reforma del sistema de formación de los docentes.

 

puente

Si las cosas siguen como van, al igual que en 2012, conoceremos el nuevo curriculum de la educación normal hasta cuando podamos leer los nuevos Planes y Programas de estudio de educación normal en el Diario Oficial de la Federación.

 

 

Una vez más, comenzará a implementarse una reforma curricular de la educación normal en 2018, cuando faltarán tres meses y medio para que termine el gobierno que la decretará, cuando ya sabremos quién será el próximo presidente de la república y cuando, quizá, ya ni estarán en la SEP quienes la diseñaron y se empecinaron en ponerla en marcha. Una vez más se pretende iniciar una reforma de la educación normal a sabiendas de que unos meses después quedará huérfana, porque sus padres pasarán a mejor vida.

 

profesionalizar la docencia

Los directivos, académicos y estudiantes de las escuelas normales aún recuerdan lo que tuvieron que padecer (y aún están padeciendo) por la irresponsabilidad del gobierno de Felipe Calderón de iniciar una reforma curricular de la educación normal que ya no le tocaría implementar y, aún más, cuando ya sabía que su sucesor sería de otro partido.

 

Todo eso sucede porque el gobierno actual está desesperado por convencernos, cuando ya prácticamente terminó el sexenio, de que tenía muchísimo interés no sólo en una reforma laboral del magisterio, sino también en una reforma educativa. O simplemente para organizar a Aurelio Nuño un pomposo show para su fantasía presidencial.

 

Aunque tal vez no sea la persona que deba hacerlo, sugiero a la DGESPE-SEP lo siguiente:

• Ya que ha mostrado tan buena disposición para organizar reuniones académicas, convoque a un Congreso Nacional para la Reforma del Sistema de Formación Docente, para que los profesionales de la educación, los investigadores educativos y, sobre todo, los académicos y estudiantes de las instituciones formadoras de docentes, analicen y discutan el proyecto de la DGESPE-SEP para el fortalecimiento y la transformación del sistema de formación docente.

Por supuesto, para eso sería necesario que la DGESPE-SEP difundiera con antelación el Proyecto que está cocinando y que presentará en unas semanas. Proyecto que, hasta ahora, la SEP ha ocultado como si fuera un secreto de Estado.

Por supuesto, no estoy sugiriendo que la DGESPE-SEP publique nuevos power points esqueléticos, como los que ha difundido a la largo de este sexenio. No, lo que estoy pidiendo es que la DGESPE publique el Proyecto completo, que contenga todos los principales rasgos y detalles de la reforma que pronto anunciará. Por supuesto, también estoy sugiriendo que la DGESPE difunda el diagnóstico en el que se ha apoyado la elaboración de su Proyecto.
No estoy sugiriendo nada extravagante, nada del otro mundo. En nuestra historia se reunieron varios congresos nacionales para discutir el sistema de formación docente. Si eso fue posible en la época del régimen autoritario, por qué no hacerlo ahora, cuando se supone que ya vivimos en un régimen democrático.

 

educativa reforma

 

•Si por alguna razón la DGESPE-SEP no quiere convocar a un Congreso Nacional para analizar y discutir su Proyecto de reforma del sistema de formación docente, sugiero que, al menos, someta su Proyecto a una Consulta Nacional. Por supuesto, para que esto sea posible también será necesario que la SEP publique el Proyecto de reforma de la educación normal y el Diagnóstico que lo respalda.

Por ejemplo, podría convocar a una Consulta nacional en las próximas vacaciones y encomendar a una institución formadora de docentes o a un centro de investigación educativa la relatoría y la sistematización de los resultados de esa Consulta.

Tampoco es pedir demasiado, pues la SEP lo acaba de hacer con respecto al “nuevo” Modelo Educativo y la Propuesta de reforma curricular de la educación básica.
En otras palabras, estoy sugiriendo a la DGESPE-SEP al menos la simulación de una consulta nacional sobre su Proyecto de reforma del sistema de formación docente, similar al que se hizo con respecto al Modelo Educativo y la reforma curricular de la educación básica y media superior.

 

CTE 2016

 

Estas propuestas las planteo a sabiendas de que lo más razonable sería aplazar la reforma del sistema de formación docente para que la emprenda el próximo gobierno. De esta manera, al menos habría mayores probabilidades de que se escuchara al magisterio y a los académicos y a los  estudiantes de las instituciones formadoras de docentes. Además, habría mayores probabilidades de que la reforma del sistema de formación no quedara huérfana tan pronto y que, por el contrario, recibiera un mayor respaldo por parte del mismo gobierno que la emprendiera.

 

Si la reforma se aplazara para el próximo sexenio, los trabajos de diagnóstico y diseño realizados por el actual gobierno podrían ser un insumo importante para que el nuevo gobierno no partiera de cero. Lo mismo podría suceder si se aceptara la propuesta de convocar a un Congreso o una Consulta nacional para la reforma del sistema de formación de docentes. Los trabajos presentados en estos eventos académicos también pasarían a ser un insumo muy importante en la definición del Proyecto de reforma del sistema de formación de docentes.

 

Si se aplazara la reforma del sistema de formación docente también se podría evitar que, por las prisas del cuarto para las doce, en el nuevo Plan y programas de estudio queden las huellas de las tijeras y el engrudo de una reforma diseñada a contrareloj, como aún las podemos observar en el curriculum vigente de la educación normal.

 

*Investigador del Colegio de México

 

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