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Gestión para la mejora de la eficacia escolar.
Publicado por: Alfonso Torres Hernández en
diciembre 13, 2018 5674 Visitas
Por: Alfonso Torres Hernández
Hace poco más de quince años, tuve la oportunidad de participar en un proyecto de investigación educativa financiado por la SEP-Conacyt como parte de los Fondos Sectoriales. El proyecto fue Gestión para la mejora de la eficacia escolar. Proyecto alternativo (Reseña de investigación en educación básica, 2003) de cuyos resultados reproduzco y comparto las primeras ideas que me parecen relevantes para la construcción de la política educativa actual.
La política educativa en México no está exenta de la influencia de los modelos educativos de los países tanto latinoamericanos como de los desarrollados (europeos y de América del Norte), y no tanto por “copiar” dichos modelos y tratar de adaptarlos a un contexto y realidad propios de una nación.
Si consideramos que, desde el punto de vista social, es en el contexto donde el hombre crece y se nutre no sólo de lo que le asemeja con los otros, sino también de la diferencia, de lo heterogéneo, entonces este tipo de relación e interacción va tejiendo la maraña cultural que deja descubiertas distintas realidades sociales y culturales, desde los tiempos más antiguos. Bajo esta perspectiva, podemos pensar que este hecho influye en el nacimiento de las sociedades humanas, gestándose en ellas una relación mutua, que no les hace perder su autonomía e identidad, que nace de la aceptación de lo heterogéneo.
Sin embargo, dentro de esa heterogeneidad se vislumbran puntos de convergencia a partir de los cuales es posible construir valores y principios que sustentan el actuar de una sociedad en un país determinado. Esta identificación de la diferencia y espacios de convergencia entre los distintos actores sociales, da pie a que se perfile entre sus miembros una actitud de apertura necesaria que les permita no solo asimilar elementos culturales y éticos de otras sociedades, sino gestar, generar y producir un conocimiento nuevo, alterno al que se tiene, tanto de sí como del Universo.
Producir conocimiento ha sido una tarea del ser humano desde tiempos remotos, siendo el principal móvil de dicha producción el mejoramiento de la calidad de vida. Por ello, un asunto que ha estado presente en el ámbito educativo, en estas dos últimas décadas, es lo referente a la elaboración de propuestas alternativas de mejora.
Estas proposiciones abarcan distintos campos o ámbitos de competencia, según los involucrados sean sujetos o instancias. Así, en este contexto propositivo y alternativo emerge el tema de la gestión escolar. Durante los dos decenios más recientes se han hecho planteamientos que intentan acercarse, más que a una simple o compleja definición, a una opción de perspectiva de trabajo centrada en la propia escuela, que sustenta en este caso a la gestión escolar.
Es importante destacar que, la producción de conocimiento acerca de este tópico retoma el principio de interacción, con lo cual se busca la identidad de un grupo social dedicado a cierta acción en beneficio tanto colectivo como individual. Desde que existen las sociedades humanas, éstas mantienen entre sí relaciones mutuas. Para el asunto que nos ocupa de la gestión escolar, es importante considerar que:
“La identidad nace de la toma de conciencia de la diferencia. De esta manera, la aceptación de lo diferente se transforma en principio fundamental de la educación, ya que se ha de satisfacer todas las necesidades que el alumno demanda, sin distinción alguna. Así, las escuelas han de hacer accesibles a él la oferta educativa, entregando una educación apropiada que permita su desarrollo integral. Es imprescindible, además, que las escuelas sean fuente del ambiente adecuado en que prime la confianza, el respeto, entusiasmo y amor, donde el ser humano desarrolle la conciencia de sí y el entorno que le rodea, ejercite su libertad, asuma responsabilidades y se sienta respaldado como persona” (Castillo G. 2000).
Lo anterior nos alienta a pensar en la posibilidad de realizar un intento y un acercamiento a un modelo alterno de gestión para la mejora de la eficacia escolar, con el que se pretende incidir en uno de los principales problemas que enfrenta la educación actual: la carencia de una integración y atención apropiada de todos los programas educativos que, tanto el gobierno federal como los gobiernos estatales, implementan en apoyo al programa regular, con la finalidad principal de lograr que los alumnos satisfagan sus necesidades básicas de aprendizaje, de que aprendan de manera significativa, pertinente, permanente y de manera autónoma.
Nota publicada en Milenio (12/12/2018).