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Balance de la Investigación Educativa en las Escuelas Normales.



Publicado por: Abraham Sánchez Contreras en

octubre 18, 2024 455 Visitas



Por: Abraham Sánchez Contreras *

 

En esta contribución no se quiere hacer una numeralia triunfalista de cuánto ha crecido la investigación de las comunidades normalistas del país a partir del registro de contribuciones para el CONISEN en su séptima edición realizada en Durango, Durango. Si bien es cierto que se observa un incremento importante en esta función sustantiva, también se reconoce que los docentes y estudiantes normalistas aún cuentan con un amplio umbral de mejora en su quehacer investigativo.

 

Investigar para formar

Investigar para formar

 

Las condiciones para hacer investigación entre Escuelas Normales y Universidades son asimétricas y así seguirán por largo tiempo, porque el marco normativo y el diseño institucional no son equiparables históricamente. Sin embargo, si la conversación de la investigación surge desde las entrañas de las Escuelas Normales, su concepción asume otros significados, es distinta al lenguaje academicista puro.

 

La investigación normalista no recurre necesariamente a subterfugios teóricos metodológicamente rigurosos, en la mayoría de los casos se configura como investigación empírica apoyada en referentes de investigación-acción, etnografía, estudio de casos; pero en ocasiones, sin la claridad conceptual de sus propios referentes.

 

Los sistemas formales de evaluación de la investigación propuestos tradicionalmente por el CONAHCYT (anteriormente CONACYT), son inoperantes para fomentar la investigación educativa de los docentes y estudiantes normalistas, porque la investigación para ellos es una herramienta encaminada a la mejora de su práctica docente que se enfoca en su necesidad permanente de fortalecer sus conocimientos y destrezas docentes y no están habituados, por el momento, a las pautas del Consejo.

 

Este planteamiento lo respaldan, en parte, las líneas de investigación que más contribuciones ha recibido a lo largo de las siete ediciones del CONISEN: Práctica docente en las Escuelas Normales con 2,493 contribuciones recibidas y Procesos de formación y sujetos de la educación con 1,916 registradas.

 

La investigación para el mundo universitario, está dotada de un aura de intelectualidad y rigor metodológico que conlleva a la construcción del prestigio no solo entre sus pares sino ante las comunidades científicas, concepción en la que los normalistas aún no se visualizan ni aspiran con cabalidad, en parte porque la investigación educativa de las Escuelas Normales no explica sus motivos y resortes por estímulos económicos de ningún tipo, ni siquiera por una hipotética reducción de descarga docente, se asume como un ejercicio académico pragmático que conciben como una oportunidad de construcción social y autoconocimiento a partir de agruparse en la organización académica informal por excelencia en las Escuelas Normales. Los cuerpos académicos, una figura académica colectiva que se ha incrementado notablemente, los cuales en 2016 registraban una cifra del orden de 131 cuerpos académicos, y para 2023 alcanzó la cifra de 225 agrupamientos, lo que representa un incremento del 72% en ocho años.

 

Los normalistas que realizan investigación ya no se intimidan ni sucumben ante la dura crítica a su práctica investigativa que pronuncian en voz baja y en voz alta algunos investigadores consolidados, tienen conciencia de sus limitaciones, pero también de sus desventajas estructurales.

 

CONISEN7

 

Considero sensato asumir que la mayoría de la investigación en las Escuelas Normales no tiene como fin, por el momento, incorporar a sus autores al Sistema Nacional de Investigadoras e Investigadores, la investigación normalista tiene como principal objetivo: Coadyuvar a mejorar la propia práctica docente y reconocerse como investigadores ante sus grupos y comunidades normalistas en cualquiera de sus expresiones.

 

La reflexión que invito a realizar al lector de este texto es asumir de manera determinante que la investigación educativa normalista es distinta en su propósito y contexto a la realizada por los investigadores educativos universitarios, no son formas de investigación excluyentes, son complementarias. Los normalistas investigan desde su propia experiencia, desde el territorio andado, desde las entrañas de las escuelas, desde las emociones y tensiones que fluyen en sus propias aulas y sobre historias de vida, con libertad y espontaneidad. Una de las mejores estrategias para profundizar y humanizar los procesos formativos de los docentes mexicanos.

 

 

* Director de Políticas para el Sistema de Profesionales de la Educación

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