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Una revolución llamada Educación Especial.
Publicado por: Itzel Hermida Carrillo en
enero 20, 2020 4402 Visitas
Por: Sabina Itzel Hermida Carrillo *
“Si consideramos la inteligencia humana en el período de la primera infancia, el hombre no parece destacar por encima del nivel de los otros animales. Todas sus facultades intelectuales están estrictamente confinadas al estrecho círculo de sus necesidades corporales. Todas las operaciones de su mente se realizan a partir de sí mismo. La educación tiene entonces que moldearlas y aplicarlas a su instrucción, lo que significa un nuevo orden de cosas que no están conectadas a sus primeras necesidades. Esta es la fuente de todo conocimiento, de todo progreso mental, y de las creaciones de los genios más sublimes. Cualquier grado de probabilidad se basa en esta idea, yo únicamente lo repito aquí como el punto de partida del camino hacia la realización de su fin último” (Itard, 1801).
Entre 1801 y 1805, el médico francés Jean Marc Gaspard Itard (1774-1838), dedicó su tiempo y sus esfuerzos a la educación de Víctor “el niño salvaje de Aveyron”, un niño feral avistado y capturado en los bosques franceses.
Convencido de que el hombre no nace, sino que se construye, Itard decidió tomar a Víctor a su cuidado y realizó una serie de intervenciones, experimentos e investigaciones a raíz de las cuales llegó a las siguientes conclusiones:
1. La humanización es un proceso educativo y un constructo social.
2. Todo ser humano es educable (principio de educabilidad).
Probablemente nunca imaginó el impacto que tendrían sus investigaciones y la gran transformación que provocarían, dando origen a lo que hoy conocemos como Educación Especial y cambiando la vida de los excluidos, “inadaptados”, “salvajes”, “idiotas”, “atípicos”, “cretinos”, “mongoles” y tantos otros términos para referirse a quienes hoy conocemos como “personas con discapacidad».
El caso de Víctor fue el primero en que se documentó el proceso educativo de una persona con discapacidad intelectual, Itard buscó dar respuesta la interrogante:
¿Cuánto de nuestra conducta debemos al medio cultural y cuánto a nuestra condición natural?
El muchacho logró significativos cambios en su conducta:
-Desarrolló afectos hacia sus instructores.
-Llegó a reconocer el nombre de muchos objetos.
-Llegó a producir algunos sonidos sobre el modelo de palabras del francés con correcta intención comunicativa, pero no llegó a aprender a hablar.
Antes de las investigaciones de Itard, se consideraba a las personas con discapacidad como “ineducables”, su trabajo hizo un llamado a la ciencia y a la sociedad, a favor del derecho a la educación de ese sector de la población.
Jean Marc Gaspard Itard, fue el primer médico en haber propuesto el método de compensar el retraso producido por la de privación social a través de un proceso educativo; por eso se le considera el padre de la Educación Especial.
¿Qué es la Educación Especial?
La enseñanza especial, consiste en un conjunto de métodos, didácticas, intervenciones, metodologías y herramientas especializadas cuyo objetivo es favorecer el aprendizaje de las personas con discapacidad, dificultades en el aprendizaje y la comunicación, trastornos del desarrollo, problemas graves de conducta y aptitudes sobresalientes.
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No es especial porque esté dirigida hacia “personas especiales”, sino porque responde uno a uno a sus necesidades específicas de vida; requerimientos que no presentan la totalidad de personas y que exigen de un tratamiento personalizado.
Se trata de un campo multidisciplinar en el que interactúan la pedagogía, didáctica, medicina, sociología, psicología, lingüística y la neurología. La Educación Especial es una disciplina en constante evolución que ha trascendido los modelos asistencialista, médico-rehabilitador, psicogenético e integrador, y en la actualidad, lucha por sobrevivir al modelo de inclusión educativa.
La Educación Especial como conjunto de acciones específicas no se define a sí misma por el tipo de escuela en que se lleva acabo, sino por la tarea de responder de manera efectiva a las necesidades concretas de quien la recibe y en el lugar donde esté.
Su labor fundamental no debería ser sólo enseñar lo mismo a través de diferentes vías –lo ya establecido-, sino brindar herramientas que contribuyan a la consecución de las mejores posibilidades de vivir una vida independiente y digna, fortaleciendo las habilidades de la persona para su supervivencia, autocuidado, comunicación y convivencia.
La idea que se difunde actualmente en torno a las personas con discapacidad, “todo está en el entorno y nada en la persona” es una total mentira, pues sí existen aspectos físicos, sensoriales y cognitivos intrínsecos al individuo y que lo construyen como un ser único.
Es real que las características del entorno facilitan o limitan la presencia y participación de las personas, sin embargo, por más que se modifique éste, no desaparecen los aspectos que son propios de su vida diaria; y de hecho, las deficiencias se vuelven a hacer visibles cuando a la persona se le cambia de espacio hacia uno que no esté adaptado.
Es necesario asumir que la Educación Especial debe fortalecerse a través de una transformación profunda y un replanteamiento en su modelo de atención; dejando atrás sus fines únicos de normalización y haciendo efectivo el derecho a la diferencia.
Reconocer y legitimar las diferencias dentro de las escuelas y garantizar el aprendizaje y participación de todos los alumnos, es uno de los mayores retos del Sistema Educativo Nacional, porque hasta hoy, niñas y niños van a la escuela a aprender lo que se les dice que deben aprender y que ya fue decidido de manera previa por autoridades, expertos y grupos económicos, situación que debe subvertirse con urgencia.
La tarea no es fácil, pero, sí es necesaria por el bienestar de estudiantes, familias y docentes.
educación.especial.hoy@gmail.com