Por: Alfonso Torres H. *

La propuesta de trabajo en el Consejo Técnico Escolar (segunda sesión) de que los distintos colectivos escolares de preescolar, primaria y secundaria de un entorno cercano se “encontraran” fue provocador en el sentido de propiciar espacios de colaboración académica entre las escuelas. Ahora, con la intención de dar seguimiento a ello, los docentes reflexionarán sobre las bondades de ese “encuentro” en su tercera sesión del ciclo escolar 2019-2020. La intención de esta estrategia es loable, generar un diálogo entre colectivos que siente las bases para construir y constituirse en una comunidad de profesionales. Apuntemos entonces algunas ideas para la construcción de un sentido colaborativo en el trabajo escolar.

Más allá de reconocer el clima de confianza que existe, o puede existir, entre colectivos y de los aportes de cada uno de ellos, es importante analizar la concepción de “escuela” que cada integrante de los colectivos tiene. La escuela más allá del edificio físico. La escuela vista como una construcción social que guarda significados y sentidos comunes entre quienes la integran. ¿Qué papel juega la escuela en la sociedad? ¿Cuál es el sentido de “ir” y “estar” en la escuela? ¿Qué lugar le dan a la escuela las políticas educativas” ¿Es la escuela el “centro” de la toma de decisiones en política? Reflexionar y dialogar sobre ello, permitirá a los docentes un punto de partida para dar mayor sentido a su colaboración.

Un segundo motivo de análisis es reflexionar sobre la noción de “encuentro”. Evidentemente que la idea de encuentro supera el hecho de reunirse a trabajar juntos en un solo espacio físico. Preguntarse ¿Qué significa “encontrarse”? es plantear la posibilidad de cuestionar el papel que cada uno juega en la escuela. Es reconocerse como profesionales de la educación con tareas comunes que desarrollan una enseñanza con los mismos sujetos. En el encuentro radica la esencia de compartir sentidos y significados de la práctica educativa. Un tercer punto, a mi manera de ver, lo constituye el sentido de colectividad. Hemos mencionado en otros espacios que la colaboración y colectividad no se da por mandato. Los sujetos interesados deben construirlo. La construcción de una “escuela” es una tarea colectiva. Los integrantes de un colectivo deben abandonar la idea de lo “individual” y acercarse a lo “social”. Trascender el espacio individual y constituir el sujeto colectivo es entonces el propósito de los “encuentros”. Potenciar sus individualidades en el colectivo para fortalecer el sentido de colaboración. Reconocer la participación y aportación de todos los integrantes es importante en esta tarea. Cada integrante debe sentirse valorado en su participación.

Los colectivos requieren reconocerse en su contribución a la comunidad, cada uno desde su ámbito de acción, pero tener claro que están formando sujetos en un mismo entorno social, es decir, están formando ciudadanía para una misma sociedad. La colectividad es trabajo común sobre cuestiones comunes.

Finalmente, un elemento que no puede dejarse pasar por alto en este encuentro entre maestros, es el referido al posicionamiento político-pedagógico. Si el encuentro entre escuelas significa colectividad entre profesionales, los docentes deben tener claridad en que su tarea tiene sentido social y se desarrolla con responsabilidad. Pensar en ello, significa que piensan en su posicionamiento político-pedagógico frente al currículum, frente a las acciones de política educativa, frente a sus procesos formativos, pero, sobre todo, frente a la sociedad en que vivimos. ¿Qué maestro requiere la escuela en que pensamos? ¿Qué maestro requiere la sociedad en que vivimos? La docilidad de pensamiento, sumado al confort de nuestro desempeño y condiciones, es una opción que seguramente nos lleva al estancamiento.

* Director de la UPN, Hidalgo.

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