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Educación sin violencia.
Publicado por: Sofía Gutiérrez Larios en
julio 4, 2019 1164 Visitas
Por: Sofía Gutiérrez Larios*
Si los niños no son objeto de comprensión, tampoco serán sujetos que comprendan. Tal es una frase que debiera inscribirse en el corazón y mente de los profesionistas de la enseñanza: de los educadores.
Me entristece ver que los niños son con frecuencia criticados por sus mismos maestros, tachados de insoportables, incriminados por conductas que ellos aún no entienden a plena conciencia, y castigados con actos poco piadosos.
Los niños “problemáticos” en el aula de clases, son personas que generalmente requieren mucho apoyo. Si desde chicos se les enseña a gritos y sombrerazos a corregirse, el resultado será odio a la escuela, que termina en peor desempeño, e incluso la deserción.
Además, considerando los índices de pobreza tan altos de nuestra patria (alrededor del 40% de la población), los maestros debemos tener conciencia de que los niños no son educados en sus hogares con los mejores recursos, y que eso no va a cambiar, porque la carencia de dinero es un obstáculo atroz, que consume la energía y voluntad de las familias.
Pero los profesionales de la educación somos los profesores de escuela, por lo tanto, no busquemos la solución en el eterno pensamiento de que “El hogar debe enseñarles los valores, y a la escuela se va a aprender”: tomemos el tiempo que tengamos con ellos, para llenarlos de las mejores enseñanzas, aunque ello implique toneladas de paciencia y diálogos de empatía. Sí, ello conlleva pláticas para saber qué tienen, para saber en qué los podemos ayudar. Entendamos que eso es parte de nuestro trabajo.
Me niego a pensar que la Educación es el acto en el que los alumnos van a la escuela a llenarse de datos y conocimientos, que muchas veces ni siquiera son utilizados en la vida cotidiana. Educar significa transformar a una persona en un mejor ser vivo, y darles motivos para que empleen su vida en objetivos provechosos y benéficos para todos.
¿Estamos haciendo lo suficiente para lograrlo? Con castigos y rencores hacia la inocencia infantil, no lo creo.
*Maestra de primaria en la escuela pública “J. Jesús Ventura Valdovinos”, Villa de Álvarez, Colima. Licenciada en Educación Primaria por el Instituto Superior de Educación Normal del Estado de Colima (ISENCO).