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La formación del modelo de docencia.



Publicado por: Claudia Lizeth Ramírez González en

abril 11, 2018 12113 Visitas



 

Por: Claudia Lizeth Ramírez González *

 

En la formación de docentes, una acción que destaca es la de promover la reflexión sobre el trabajo docente, la cual se considera importante en el proceso formativo porque puede desencadenar una mejora continua en las prácticas educativas. Es la reflexión la que promueve la identificación de las competencias que se encuentran en un estado óptimo y las que aún deben someterse a procesos de reconstrucción, lo que reorienta los sentidos y significados que adjudica el futuro docente a su proceso de formación.

 

modelo docente

 

Dentro de las escuelas normales, el modelo de docencia se va formando mediante la fusión de reflexión, teoría y práctica. El modelo de docencia permite administrar las formas, metodologías, estrategias, técnicas y la lógica que se seguirán en las actividades que se proponen en educación básica, buscando siempre el fortalecimiento de las competencias en los alumnos y a su vez, generar las condiciones necesarias para que el alumno logre la construcción de conocimientos.

 

El modelo de docencia permite el desarrollo progresivo en las prácticas educativas, en donde resulta necesaria la construcción y adquisición de saberes de orden pedagógico y filosófico, los cuales posibilitan el análisis de problemáticas y el diseño de las posibles soluciones en el quehacer docente. Se identifica y se constuye paulatinamente el modelo de docencia a lo largo de la formación inicial, articulando las experiencias y los fundamentos teóricos, lo que permite generar aportaciones para los procesos de enseñanza y de aprendizaje, así como el papel que desempeña el docente en su escuela..

 

Dentro de la construcción del modelo de docencia es necesario retomar las aportaciones de Cousinet (citado en Hinostroza, 2007) quien identifica al niño como un ser dotado de tendencias de actividad y creación. Es interesante la contribución que realiza declarando que el niño es un ser libre, además de que asimila el trabajo colectivo como una oportunidad de socialización, de reconocimiento de afinidades y complementación con otros sujetos.

 

grupo prescolar

 

En las jornadas de intervención de las educadoras en formación, se pueden identificar modelos en los que se impulsa el trabajo de los alumnos; cuando se pretende que los alumnos comiencen a ser partícipes de la construcción de su propio conocimiento y se idealiza al educando como un ser que es capaz de encontrar soluciones, de afrontar retos, de trabajar colectivamente, de encontrar respuestas a interrogantes que surgen a lo largo de las secuencias de aprendizaje.

 

El modelo de docencia tiene una cualidad constructivista por el fundamento teórico de las estrategias y roles que se realizan durante las jornadas de intervención. Es relevante subrayar que “en concordancia con la concepción de la enseñanza, se considera que el profesor parte de la idea de un alumno activo que aprende significativamente, que puede aprender a aprender y a pensar”. (Hernández, 2014, p.135). La corriente constructivista prescribe el trabajo docente como un detonador que provee a los alumnos de las experiencias didácticas que les posibilitan aprender a aprender y a pensar.

 

Sin embargo, hay que reconocer que en el modelo de docencia existen algunas prácticas que resultan hasta cierto punto “necesarias”, que se han denominado conductistas, ya que se pretende disciplinar y generar en los alumnos una conducta normada que sea visiblemente reflejada en su comportamiento dentro del aula. En la cotidianidad de los procesos de enseñanza y de aprendizaje conviven simultáneamente prácticas conductistas, constructivistas y humanistas, con sus implicaciones educativas.

 

Para nuestra realidad que demanda educación inclusiva, no hay perder de vista que: “la educación humanista se basa en la idea de que todos los alumnos son diferentes, y los ayuda a ser más como ellos mismos y menos como los demás”. (Hernández, 2014, p.106). El paradigma humanista permite situar en el salón de clases actividades de humanización, de autorrealización, de autoconocimiento, y de respeto a las diferencias, entendiendo que existe gran diversidad entre las personas, en donde sólo hay seres especiales e irrepetibles.

 

2017 avances de la reforma

 

En este sentido, en cada profesor, su modelo de docencia está expuesto a sufrir cambios, desde la formación inicial hasta la formación continua, ya que las condiciones y las experiencias que se van adquiriendo con el paso del tiempo, los conocimientos que se van construyendo y la identificación de nuevas necesidades, demandan la validación de la práctica docente y su mejora permanente.

 

 

Referencias

Hernández, G. (1998). Paradigmas en psicología de la educación. México: Paidós Ecuador.

Hinistroza, A. (2007). Enfoque filosófico de la pedagogía. Perú: UNSCH.

 

* Docente en formación por la Escuela Normal de Tecámac.

 

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