Mientras leía el artículo “Escuelas Normales Vintage” de Alberto Sebastián, tuve el sueño de un movimiento “retro” similar en lo que se refiere a la reforma curricular que la SEP está cocinando desde hace algunos años.

Sí, tuve el sueño de un nuevo Plan de Estudios de Educación Normal Vintage, que restaurase el equilibrio curricular (anterior a la reforma de 2012) entre los tres principales componentes históricos de los Planes de estudio de educación Normal: la formación general, la formación pedagógica-didáctica y la formación mediante la observación de la práctica y la práctica intensiva de los futuros maestros y maestras de educación básica. Aunque con altibajos, este había sido el toque de distinción de la educación Normal frente a los otros dos sub sistemas de educación superior. Pero no, eso no va a suceder, pues los sueños, sueños son.

Por lo que se ve, la reforma curricular que el gobierno perpetrará cuando faltarán sólo tres meses para que termine el sexenio en curso, completará la obra iniciada por la reforma de 2012:

– Terminará de demoler la formación general de los estudiantes, mediante la supresión de la última asignatura de Historia de la Educación y de una excelente asignatura: El Sujeto y su Formación como Profesional de la Educación (paradójicamente introducida en 2012)

– Además, la reforma que viene también sacrificará una parte de la formación pedagógica-didáctica y de la formación en la práctica docente.

– Todo eso para abrirle paso a la fantasía de construir una República Bilingüe en un país que ya es multilingüe.

– La idea oficial que tiende a prevalecer en la SEP es que, si ahora cualquiera puede ser maestro, cualquiera puede formarlos y con cualquier plan de Estudios. Basta con que sea de educación superior. Por lo tanto, no deben quedar ni rastros de la identidad profesional del magisterio ni del toque de distinción histórica y actual de la educación Normal.

Tal parece que, desde la perspectiva oficial, la única manera en que las escuelas normales se transformarán en “auténticas instituciones de educación superior” es mediante su extinción (pues nada hay más auténtico que la muerte) o simplemente mediante su disolución en la mar de los otros subsistemas de educación superior, el universitario y el tecnológico (esta disolución sería otra forma de la muerte). Nada más auténtico que la muerte, por cualquiera de las dos rutas.

Mientras tanto, en Aguascalientes, ahora está reunido el Segundo Congreso Nacional de de Investigación sobre la Educación Normal (CONISEN), en el que están participando estudiantes, docentes e investigadores de todo el país. (Aprovecho para enviarles un abrazo muy afectuoso).

Sin duda, en este Congreso habrá ponencias muy interesantes sobre casi todos los aspectos de la educación Normal, como sucedió en el I CONISEN. Todo será discutido y analizado. Todo, menos dos temas muy importantes que la SEP no incluyó en la convocatoria:

– No se analizará el golpe contra la educación Normal que ha significado la idea de que “cualquiera puede ser maestro”, plasmada en la LGSPD (2013).

– Tampoco se analizará el próximo Plan de Estudios de Educación Normal, que podremos conocer también hasta que se publique en el DOF.

Ojalá que esté equivocado y los participantes en el II CONISEN en estos momentos me estén desmintiendo en la realidad.

No obstante, aún sigo soñando con que la SEP convoque a un CONISEN Extraordinario para discutir y analizar principalmente esos dos grandes temas que tienen con “el Jesús en la boca” al normalismo mexicano ahora reunido en Aguascalientes. Para seguir soñando, ese CONISEN Extraordinario podría ser un buen regalo de Día del Maestro el próximo mes de mayo. Si eso sucediera, iría a donde fuera escuchar todas las ponencias.

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