La escuela durante su actuar en el proceso educativo, es inherente a la comunicación que se encuentra determinada en los sistemas de información, por consiguiente es condicionada en el presente, a la interacción con los medios tecnológicos. A la escuela desde el siglo pasado se le ha relacionado con el uso de la tecnología, la mayoría de las acciones que se vinculan, se plantean como actividades complementarias; es decir se utiliza la tecnología como una herramienta o instrumento para el desarrollo de una mejor educación. Sin embargo, ante la articulación en el uso de la tecnología en la escuela, surgen diversos cuestionamientos sobre las condiciones, la pertinencia e intencionalidad, para dar cumplimiento a los objetivos o propósitos de la educación de acuerdo a la política establecida.

La escuela para poder ofrecer un servicio educativo, necesita contar una infraestructura adecuada, un sistema eficiente de agua, drenaje y energía eléctrica, requerimientos esenciales, para brindar un servicio educativo; de acuerdo a los datos emitidos en el último censo sobre infraestructura de las escuelas, el INEE anunció, que menos de la mitad de los planteles de educación primaria cuentan con los servicios básicos, es decir, de cada 10 escuelas, 5 necesitan alguno de los tres servicios o los tres, dichas cifras fueron calificadas como preocupantes por el mismo instituto.

Ante el panorama que se presenta, las acciones para el cumplimiento de la política educativa se complejizan, no es viable plantear una educación de calidad, sin los servicios básicos de una escuela eficiente; sin embargo lejos de pensar la falta del suministro de agua y drenaje; la energía eléctrica se convierte en eje fundamental para el uso de los recursos tecnológicos en la educación, en el actual sexenio se puso en marcha el Programa de Inclusión y Alfabetización Digital cuya intención fue cerrar la brecha digital, y hasta el momento el planteamiento del programa implementado es cuestionable.

Se puede argumentar que la tecnologización de la vida, es una realidad y hoy en día es factor de desarrollo, en las sociedades altamente educadas o escolarizadas, se puede participar en la creación, uso y consumo de la información, lo cual hace que la educación sea una condición previa para el uso de los medios y no una acción secundaria a estos.  —Es necesario señalar que contar con medios tecnológicos y ser colonizados por éstos, no nos convierte en sociedades del conocimiento—

Hoy en día las metas educativas internacionales, plantean cerrar las brechas digitales, e involucrar nuevos alfabetismos que permitan generar condiciones de acceso a conocimientos, para lo cual es indispensable incorporar a los actores educativos, (docentes, alumnos y padres de familia) y reconsiderar la intencionalidad, o los propósitos con los que se hace uso de la tecnología. En la mayoría de los contextos se utiliza como herramienta, que favorece de manera práctica el acceso a la información y en un segundo momento como un instrumento que contribuye a la mejora de la educación o a una propuesta de innovación pedagógica, pero lejos de atender la buena intención de las actividades que se realicen, considero oportuno preguntarnos: ¿Los actores educativos, cuentan con las condiciones para hacer uso de la información y cerrar las brechas digitales?, ¿La pertinencia de la educación por cerrar la brecha digital está vinculada a las necesidades de la sociedad?, ¿Cuál es el propósito de cerrar las brechas digitales en un contexto no digitalizado?

La intención de cerrar brechas digitales, no transforma la realidad del sujeto, solo le exige involucrarse a un mundo de supuestos, descontextualizados de su realidad.

Publicado en la pagina del autor:  http://www.jesusandriano.com/

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