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¿A dónde va el agua?
Publicado por: Otras Voces en
junio 9, 2021 968 Visitas
Por: Yazmín Claudio García
«¡Se están secando las presas, los ríos y lagos! ¡No más incendios forestales! ¡Cuidemos el agua!» Son frases que escuchamos y vemos en medios de comunicación incluyendo a las redes sociales, pero se supone que el agua cumple un ciclo; se evapora, condensa, precipita, escurre y se infiltra, entonces, si la cantidad de agua que hay en el planeta Tierra es el misma que ha tenido siempre ¿A dónde va el agua de los ríos y lagos que se han secado?
Vamos a hacer un pequeño experimento, ponga agua a calentar en la estufa, notará que con el tiempo pasará del estado líquido al gaseoso, podemos dejar el agua al fuego hasta que se evapore por completo y nos preguntamos lo mismo ¿A dónde se fue el agua? Pues bien, el agua se encuentra en el ambiente, pero ahora en estado gaseoso, sin embargo ¿Por qué no hay una pequeña lluvia encima de mi estufa? Sabemos que las corrientes de aire son dinámicas y el vapor de agua ha sido arrastrado hacía otro lugar. Recordemos que los pasos del agua o también podemos decir los cambios de estado que sufre el agua sólido-líquido-gas no ocurren de manera inmediata si no dependiendo de los cambios de temperatura en el ambiente.
Con lo anterior podemos entender que el agua de los ríos y demás cuerpos acuíferos que se secaron se encuentra en el ambiente, pero de forma gaseosa. Entonces ¿De qué nos preocupamos si de todos modos volverá a estado líquido tarde o temprano? Es que, ese es uno de los grandes problemas que tenemos. Con la sequía de cuerpos de agua no solo se pierden ríos, se pierden muchas especies acuáticas, rompiendo así la estructura trófica o cadena alimenticia, se pierden empleos de pescadores de la región, además de que un suelo desnudo provoca erosión y tolvaneras o remolinos de polvo que pueden provocar daño en la vista y en la garganta de personas que viven cerca.
Como se mencionó anteriormente, el vapor de agua se encuentra en el ambiente y que es arrastrada por corrientes de aire a otras regiones que cuando disminuya la temperatura provocará la precipitación, el problema es que esta precipitación será en forma de lluvias torrenciales es decir, a grandes magnitudes, provocando inundaciones afectando no solo a ciudades si no también a los agricultores ya que mientras algunos no tienen agua para regar sus sembradíos, a otros se les inundan sus plantíos perdiendo así sus cosechas.
Además, recordemos que la precipitación no solo es en forma de lluvia si no también en forma de granizo y ya hemos visto que hay lugares donde caen del tamaño de una pelota de ping-pong que dañan autos y casas con techo de lámina de asbesto. Si sumamos a esto que en las calles hay grandes cantidades de residuos, la lluvia arrastra éstos formando literalmente ríos de basura que van a parar a presas o al mar contaminando otros cuerpos de agua, sin contar con los derrames de aceites de fábricas que no tienen control de desechos.
Otro gran problema de la lluvia es que puede caer en zonas donde las concentraciones de óxidos de azufre o de nitrógeno son muy altas y la combinación de agua con estos óxidos produce ácidos, ya sea sulfúrico o nítrico, dichos ácidos afectan las funciones biológicas de los seres vivos y también daña las construcciones ya sea de edificios, casas, monumentos, etcétera.
Después de analizar esto podemos decir que la cantidad de agua en nuestro planeta es la misma, no desaparece; cabe mencionar la ley de conservación de la masa enunciada por Lavoisier “la masa no se crea ni se destruye, solo se transforma”. Mucha gente se alarma y dice “el agua se va a acabar”, pero no es así; la cantidad de agua será misma solo que mal repartida. Lo que debe preocuparnos y ocuparnos además de esa mala repartición, es la calidad de agua, pues como ya vimos la lluvia arrastra contaminantes tanto del aire como del suelo que daña las características naturales del agua y por lo tanto dificulta su aprovechamiento.
¿Debemos alarmarnos? Claro, pero después debemos ponernos en acción. Todos los anuncios de los medios de comunicación que indican que tenemos que cuidar el agua no son solo para asustarnos si no para reflexionar y cambiar nuestra actitud hacia el ambiente; evitar fugas de agua reparando las tuberías, bañarnos en menos tiempo, conservar los bosques y selvas o cualquier área verde de tu región, poner la basura en lugares destinados para ello, son solo algunas de las acciones que están en nuestras manos para conservar la cantidad y calidad del agua en nuestras localidades. Piensa y responde a estas preguntas ¿Cuántos litros de agua necesitas para tus necesidades básicas diarias? ¿Cuánto dinero cuesta una pipa de 5 mil litros de agua? ¿Hasta dónde tendrías que ir por agua limpia si se secan los pozos de tu localidad? ¿Por qué los científicos no han creado agua artificial? Y si lo hacen ¿Será óptima para el consumo?
REFERENCIAS
Camacho, A. I. (2011). Ecología y medio ambiente. México: ST Editorial.
Mora, G. V. (2011). Química 2. Bachillerato. México: ST Editorial.
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