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El SNTE: nuevo rumbo.
Publicado por: Alfonso Torres Hernández en
enero 23, 2020 1662 Visitas
Por: Alfonso Torres Hernández.
En días recientes se dio a conocer públicamente el Reglamento para la Elección de Directivas Seccionales del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) que pondera la elección por voto universal, libre, secreto, personal e intransferible de los miembros con derecho a voto (Artículos 42, 43 y 44). El sigilo y la forma en que se aprueba dicho Reglamento deja más dudas que certezas, sobre todo por el contexto político, educativo y sindical que se vive actualmente. En la exposición de motivos de este documento se plantean ideas en una narrativa que parece ser que solo busca sentar una plataforma de “legalidad histórica” de la cual el SNTE ha carecido (democracia, legalidad, transparencia, representatividad, certeza, autonomía, unidad).
El manejo discursivo que el Comité Nacional y Comités Seccionales del SNTE elaboran y difunden entre sus agremiados es perverso. En el proceso electoral presidencial, el discurso manifestaba una clara orientación de continuidad a las políticas neoliberales y corporativismo a las estrategias políticas vigentes entonces. Hoy en día, le dan un giro conveniente (o convenenciero) a la política de transformación, pero sin el sustento histórico que así lo explique.
¿Cómo pensar en una autonomía sindical si lo primero que hace el SNTE es la búsqueda de consolidar sus elementos corporativos con un sistema político con el cual no se identifica? ¿Cómo pensar en una vida democrática sindical y transparente, cuando los procedimientos y procesos se desarrollan con sigilo y permanente control de las voces disidentes? La reforma educativa del sexenio pasado dejó en tela de juicio la acción sindical en todos sentidos, ¿cómo recomponer el sentido de acción-política-sindical en beneficio y defensa de los trabajadores de la educación? Cabe preguntarse si aprobando Reglamentos de elección con ello se resuelve la vida sindical. Lo que se genera con ello es pensar los espacios sindicales como espacios electoreros sin proyecto, sin sentido. Cambian las personas, los vicios permanecen. Y a propósito de ello, un asunto pendiente en estos procesos de elección es la incorporación del criterio de género, para incorporar a las mujeres en instancias de toma de decisión. Finalmente, el magisterio es mayoritariamente femenino.
El SNTE institucional se encuentra en un momento crítico y decisivo de su vida. El protagonismo del que gozó en sexenios anteriores se ha visto disminuido y actualmente ocupa un lugar marginal en decisiones de orden político y político-educativo. El surgimiento de nuevos actores y sectores al interior de su estructura le exigen nuevas formas y sentido a la vida sindical. La Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) ha mostrado un avance sustantivo en papel de actor político, de tal forma que ha equilibrado los espacios de dialogo y decisión. El retorno de la “vieja guardia” y “gordillistas” que miran al SNTE como un espacio de mantenimiento de privilegios y poder político. El campo de lucha está dibujado y creo firmemente que no se agota en los procesos de elección sino en la construcción pensada de proyecto integral que de rumbo y solidez a un sindicalismo diferente.
Un sindicalismo que establezca una nueva relación con el Estado y la sociedad, que replantee su vida como órgano representativo y defensor de los derechos de sus agremiados, y sobre todo la defensa de su autonomía, alejada de cualquier tentación corporativa que permita que intereses políticos y económicos determinen la organización de los trabajadores. Esto es lo que da sentido democrático a su vida.
Al SNTE lo constituyen los trabajadores de la educación y son ellos quienes deben tomar la decisión del rumbo del sindicalismo que desean, sin cooptaciones, sin amenazas, con unidad real y no ficticia. El cordón umbilical con el Estado y gobierno debe romperse para eliminar el sentido corporativo. La decisión está en todos y no sólo en las “mentes iluminadas” que a través de figuras creadas buscan el retorno al poder político y económico (con eso de las cuotas) sin pensar en los trabajadores. El voto universal es un paso únicamente de un camino largo. La construcción de un proyecto sindical es más importante que las personas. Elección y proyecto deben ir de la mano, desde luego, alejados de narrativas dogmáticas.
torresama@yahoo.com.mx
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