logo

RECIENTES

Sitios de Interés

Evaluación docente: la hipotética mejora



Publicado por: Ana Lorenia Willys Duarte en

julio 16, 2016 1958 Visitas



Estamos por concluir el segundo ciclo escolar, desde que se comenzó a aplicar la Ley General del Servicio Profesional Docente, un proceso de cambio en el sistema educativo en el que comenzamos a vislumbrar distintos procedimientos y requerimientos para la admisión, promoción y permanencia en el servicio magisterial.

 

51129212. Chetumal, 29 Nov. (Notimex-Especial).- El secretario de Educación y Cultura, José Alberto Alonso Ovando, reportó que la jornada de evaluación del desempeño alcanzó en Quintana Roo la asistencia de 97.2 por ciento de los docentes programados. NOTIMEX/FOTO/ESPECIAL/COR/EDU/

 

 

Desde una experiencia personal, me tocó egresar de la formación normal justo en esta transición. Fortuna o no, ha sido todo un proceso lleno de diversas experiencias de crecimiento. Al término de mi segundo año de servicio llegó el momento “tan esperado”, el proceso de evaluación para la permanencia, el cual consiste en una serie de etapas en donde se pretende determinar nuestra capacidad y aptitudes para desempeñar la labor como docentes de nuevo ingreso.

 

La transición por estos dos años me han hecho percatarme claramente de que hay un sinfín de aspectos por afinar por parte de las autoridades educativas, y las etapas y procedimientos relativamente nuevos. Además, los docentes tenemos que enfrentarnos a una gran cantidad de incongruencias en cuanto a lo que se solicita, en contraste con el apoyo que se brinda.

 

Una vez concluida la última etapa de este proceso de evaluación del desempeño, después de haber presentado el agotador examen de conocimientos y una vez hecha la planificación didáctica argumentada, me puedo percatar de que el examen “mide” capacidades cognitivas de análisis, concentración, discernimiento y habilidades para la redacción.

 

Las capacidades cognitivas facilitan, a los docentes, la consolidación del pensamiento reflexivo y analítico, lo cual podría traer consigo un impacto directo en nuestra práctica docente, siempre y cuando transformemos aquellos análisis y reflexiones en acciones concretas que impacten directamente en la realidad educativa.

 

He ahí el punto crítico de análisis. Si bien este proceso de evaluación toma en cuenta la fundamentación con base en nuestros conocimientos del programa de estudios, estrategias de intervención, evaluación, análisis de los contextos interno y externo, así como el conocimientos que tengamos de nuestros alumnos, estamos hablando de un proceso de análisis cognitivo en torno a estos temas, pero no en cuanto al impacto directo que estemos generando en nuestra práctica docente.

 

Estoy totalmente de acuerdo que el hecho de desarrollar un pensamiento crítico y reflexivo relacionado a un amplio conocimiento del plan de estudios y bibliografía educativa nos abre las puertas hacia la mejora profesional, encaminándonos hacia el análisis sistemático de nuestro desempeño como docentes. Sin embargo, encuentro una incongruencia en cuanto a la evaluación de habilidades para responder reactivos en línea y del nuestro desempeño en las escuelas.

 

Justo como en la evaluación docente, analicemos un caso hipotético.

 

El profesor ‘’A’’  tiene poca habilidad para la redacción, le cuesta trabajo ordenar sus ideas y aún más si se enfrenta a un tiempo límite, además de mostrar dificultad para centrar su atención en la lectura de aproximadamente 130 reactivos de casos que presenta el examen de conocimientos, a esto le sumamos la presión que genera pensar que si su desempeño no es ubicado dentro del rango óptimo está en riesgo de perder su base. Sin embargo este profesor es reconocido dentro de su centro escolar por los grandes avances que ha logrado con sus alumnos y el enorme trabajo con padres de familia para el apoyo de estos mismos logros. Por otro lado, tenemos al profesor ‘’B’’ al que se le facilita la redacción y centrarse en la lectura, tiene ese dominio para ordenar sus ideas y plasmarlas en un texto. Sin embargo, este segundo docente tiene mucha dificultad frente a grupo, en múltiples ocasiones acude con el profesor ‘’A’’ a pedir orientación en cuanto a estrategias de intervención o evaluación, además, en escasas ocasiones establece comunicación con los padres de familia o trabaja en colaboración con ellos.

 

Muy probablemente, el profesor ‘’A’’ obtendrá un resultado deficiente, mientras que el profesor ‘’B’’ tendrá excelentes resultados. ¿Qué se está midiendo en este proceso de evaluación? ¿Hacia dónde va encaminada esta evaluación? Por mi parte, puedo decir que ambos aspectos son importantes, tanto el desarrollo de habilidades cognitivas como la transformación de sus resultados en acciones concretas y reales en nuestra labor. Son aspectos que deberían ir de la mano para obtener mejores resultados.

¿Qué tipo de docentes se requieren? Necesitamos docentes reflexivos que trabajen constantemente en transformar su práctica con el fin de que ésta apoye el proceso de aprendizaje de sus alumnos, docentes analíticos que lleven dicho análisis a su realidad educativa. Cabe reflexionar entonces, sobre qué es lo que requieren los docentes para facilitar este proceso reflexivo y de cambio real en su práctica, qué es lo que en realidad se les brinda a los docentes para ello y qué camino hay que trazar para lograrlo. ¿Un examen frente a una computadora lo podrá lograr?

.

.

.

¿Te gustó este artículo? Compártelo
Share on FacebookShare on Google+Tweet about this on TwitterShare on LinkedInPin on PinterestEmail this to someone

Comentarios

comments